

El amigo Luis Amezaga, vitoriano, y victoriano, seguro, de esa Vitoria que se esconde entre la niebla Gasteiztarra, que escribe con la pasión de quien aleja las cosas y la vida y a los otros, para objetivar su decisión sin utilizar modismos y arquetipos, ha publicado su libro de poesía “A pesar de todo…adelante”. Su último, porque antes hubo otro del que renegó, por los mismos motivos que se alegra y abraza éste, porque es su carne viva, y el uno, le duele; y el otro, es un ajuste de cuentas con el dolor del anterior. Seguro. Conociendo a los poetas que buscan una voz propia, que quieren ser antes que poetas, ellos mismos, todo lo suyo les desborda con la amplitud de la habladuría necesaria, que estableció Heidegger, y que también forma parte del lenguaje, y hay que pastorear. Lo digo, porque la portada misma a ello me conduce. Esa radiografía de una dentadura que hay que extirpar, que hay que re –componer. Aunque nunca lo había entendido de esa manera: el poeta como dentista, hace versos como quien manipula un excavador sobre nuestra dentadura, y chirría la dentadura de los que leen. Esta misma idea, según la voy desgranando, me produce un placer especial, que hace que espere con mayor deleite su lectura. No debe preocuparse el autor, ha conseguido que aumente más el deseo de la lectura de adelante. Prometo leerlo con fruición, buscando la creatividad que lo origina, los intereses que lo sustentan, la originalidad que lo arma, la belleza que se desgrana, y ponerlo todo por escrito. De momento, a la espera del libro, resalto su salida y su presentación, de la que dejo aquí la muestra con estas dos fotos tomadas de la web del amigo Amezaga http://diencefalo.blogspot.com/