lunes, 18 de febrero de 2008

(Nitimur in vititum) Viva lo prohibido



Los pueblos que no tienen rocanrol son pueblos cadáveres, contagiados del virus de lo arcaico. El rocanrol simboliza la regodeo, las ganas de vivir, la pasión por el futuro. Si no, ved al hombre de goma, puro rocanrol, o, sin más, a Siniestro Total y otras marcas paradigmáticas, Aerolíneas Federales. La incapacidad para rasgar la vida a ritmo de rocanrol evidencia la desesperación de un pueblo, sólo capaz de celebrar la muerte y sumergirse en la pasión por el pasado en ferias de cornupetas en cosos de oleadores (fijaros que Galicia está exenta de estas ferias, gracias a o ceo)
Es imposible encontrar un pueblo que presente más libros sobre su propio pasado que España (esa que siempre habla de las dos), excepción hecha de Alemania, que según Nietzsche, era un pueblo triste que cantaba canciones. Sobre el pasado pero para entristecer al mundo no para dar a conocerlo, que son diferenciadas maneras de acarrear lo más propio. Quiero gritarles “que lo arrostren ellos”, en plan Unamuniano.
Estos libros sobre el pasado siempre intentan su recuperación pero como una reivindicación de la muerte del presente, cincelando dicha recuperación con fundamento en el resentimiento y la envidia. Que pena ver como la ampliación de Europa es una ampliación del resentimiento y se hace para acrecentar el número de sus inoculaciones. ¡Yo no me dejaría Vaclav Havel!
Los líderes políticos que gobiernan en la actualidad tienen como pilares básicos la envidia y ese resentimiento, que sacan pasear como la señora del tercero B saca a su perrito, para que orine en la esquina del banco o defeque en donde yo la pueda pisar.
¿Por qué envidiar al “valençiá”, por qué sentirse resentidos por una decisión de un Comité Olímpico, para qué pedir...? La gente que pasea en la calle parece fúnebre, compungida, verdaderamente luctuosa. No hay fiesta fatriarcal, salvo en Lugo en la ciudad y su provincia con su San Froilán.
Sólo las minorías arcaicas para las que se legisla en la actualidad manifiestan su alegría, pero como un ejemplo más del resentimiento reinante, en el barrio de Chueca. El futuro no se vislumbra o no se habla de él, parece una cosa muerta (que viene a ser como la cosa nostra, de la que hay que guardar silencio, la sociedad del secreto...inexistente!!!!!!!!!)
La música que triunfa es una música con mensajes arcaicos o música que nace de la depresión de los camaleones, de su desgarramiento interior, hecho cante en palos diversos. Los triunfitos les llaman, o ponen a una niña ridícula, alunarada, a cantar el himno de los tiempos de la masa, de lo amorfo, “antes muerta que sencilla”, que pudiera ser divisa indivisa de una revolución promovida por el ala izquierda en la moncloa.
La única música que habla de alegría, de la vida y del futuro, parece estar prohibida, olvidada o relegada al inconsciente colectivo. Tan prohibida como el futuro de España o como la propia España de palabra y en sus obras.
Grito entonces “It’s only rocanrol, but I like me”, a ver si así se les despierta la alegría, las ganas de vivir y la necesidad de futuro. Uno lleva el roncanrol puesto por “Montesa” y lo evidencia quemando rueda...
We gon’t a fooled again…no, no, fooled again…no, no. Y aquí reitera su guitarra Pete Thowsend…

2 comentarios:

Luis Amézaga dijo...

Empapado de alegría le veo. Así que no le convencen las revisiones de un España que busca su dfinición cada cinco minutos. "La versión definitiva", anuncian a cada intento fallido.

Que suene la música que ya vengo bailado de casa. Prohibido vivir comos si no costara.

Brais de Besteire dijo...

no sólo no me convencen, es que no entiendo cómo sea posible que se pueda revisar un concepto cada cinco minutos y, además, ser la definitiva o la refinitiva, como cantaba joe rígoli, el de yo sigo. ¡Será que este gobierno es una reencarnación de aquel presentador?