lunes, 12 de noviembre de 2007

¿Subo o bajo si estoy en mitad de una escalera?







Los buenos amigos y los curiosos sin más, cuando alguien les dice que eres gallego y que tienes buenas raíces gallegas (y castellanas, de Cedillo), enseguida te preguntan, como si fueses Edipo después de visitar la efigie: "qué hace un gallego en mitad de una escalera, ¿sube o baja?"
Nunca le respondía ni he respondido nunca, pero no por no saber la respuesta, que se hallaba en mi inconsciente, sí porque la había olvidado por causa de que yo me crié con el sabor de América en la boca y la música de Fleetwood Mac en los oídos, con mi querida Irlanda en los ojos y los Sex Pistols por bandera.
Mas el otro día me acordé de la respuesta a la pregunta de si un gallego en mitad de una escalera sube o baja. Y fue el día que alguien me dijo que era incomprensible para su mentalidad que Finisterre, ese trozo de carne de Dios en lo más occidental de España, hubiere votado mayoritariamente al PP y no a otros partidos.
Y, claro, como no le surgía ninguna explicación pudiable, recurrió al viejo tópico de que esto era propio del alma de los gallegos, que nunca se sabe si vienen bien o si van al poniente, porque efectivamente, siempre vamos yendo (“imos indo”, que se dice na nosa língua).
¿Qué hace un gallego en mitad de una escalera?
La respuesta es siempre sube, nunca baja, nunca mira hacia atrás. Porque detrás sólo queda la pobreza, el olvido y la emigración. Que las clases rurales gallegas fueron las grandes olvidadas por Franco y por los señoritos de ciudad, que llamaban “aldeanos” y “paletos”, de manera peyorativa, a los paisanos por falar na nosa língua, ellos, que hoy son más nacionalistas que Castelao y Rosalía juntos y votan progresista siempre (que hasta por no parecer galalegos aldeanos y paletos hablan una suerte de gallego aportuguesado e ininteligible para los gallegos aldeanos y paletos) y sólo tuvieron miseria y olvido y un barco a Buenos Aires o a Baracaldo un tren (las otras dos provincias de gallegos aldeanos y paletos, que los señoritos de ciudad iban a Madrid y se conformaban con ser el lacayo del lacón y el orujo del señorito madrileño con seiscientos y buenas intenciones).
Y que más recientemente detrás está Coalición Galega y el PSOE, que nunca nada hicieron por Galicia nada más allá de explotarla y no darla nada de lo que necesitaba.

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